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MONUMENTOS Y ARQUEOLOGÍA

El Coliseo
    

El anfiteatro Flavio inaugurado en el año 80 d. C. por el emperador Tito con el nombre de Amphitheatrum Caesareum, cambió su nombre por Coliseo en el s. XI. Debe este nombre a la gigantesca estatua de bronce de Nerón, situada junto al anfiteatro e inspirada en el Coloso de Rodas, obra de Cares de Lindos en el siglo III a. C.
Tiene una altura de 52 metros. Se articulaba, sobre un área de aproximadamente 19 000 m2, en cuatro órdenes o planos de 80 arcadas cada uno y tenía un aforo de cerca de 70 000 plazas. La distribución de los asientos se desarrollaba en los cinco sectores en los que se dividía la cávea y se asignaban a las diferentes clases sociales, cuyo grado disminuía al aumentar la altura, desde el maenianum primum al maenianum summum in ligneis - el sector más alto, destinado a la plebe. En el centro del eje mayor se encontraba el pulvinar, el palco del emperador. El acceso del emperador era garantizado a través de un pasillo subterráneo conocido como «paso de Cómodo». En el complejo sistema subterráneo se llevaban a cabo actividades relacionadas con espectáculos y se encontraban los montacargas que servían para levantar hasta la arena los animales y los equipos necesarios.
En la que fue la arena más grandiosa arena del mundo antiguo, se celebraban combates entre gladiadores (munera), espectáculos de caza (venationes) e incluso se llevaban a cabo ejecuciones capitales. Tuvieron lugar incendios y terremotos que devastaron gravemente el colosal edificio, por lo que los emperadores que gobernaron en los siglos II-IV tuvieron que realizar numerosas obras de restauración, como lo atestiguan la tradición literaria y los testimonios epigráficos.

Galería Borghese
   
El núcleo más importante de esculturas y pinturas de la Galería Borghese se remonta a la colección del cardenal Scipione (1579-1633), hijo de Ortensia Borghese, hermana del Papa Paolo V, y de Francesco Caffarelli, aunque los acontecimientos que tuvieron lugar durante los tres siglos siguientes, entre pérdidas y adquisiciones, han dejado su marca.
 
El cardinal Scipione prestaba atención a todas las expresiones del arte antiguo, al renacimiento y a las artes contemporáneas, que tenían como objetivo evocar una nueva edad de oro. No estaba particularmente interesado en el arte medieval, pero buscaba con pasión esculturas antiguas. La ambición del cardenal favoreció la creación de nuevas esculturas y, especialmente, de grupos de mármol que se compararon con las obras antiguas.
 
El retrato de Paolina Bonaparte Borghese, realizado por Canova entre 1805 y 1808, se encuentra en la Villa desde 1838. En 1807, Camillo Borghese vendió a Napoleón 154 estatuas, 160 bustos, 170 bajorrelieves, 30 columnas y varios jarrones que constituyen la colección Borghese en el Louvre. Pero ya en la tercera década del siglo XIX, las graves carencias se colmaron con nuevos materiales procedentes de recientes excavaciones arqueológicas y con las obras recuperadas de las bodegas y otras residencias de Borghese.

El Panteón
   
Se encuentra en la Piazza della Rotonda, junto a la Piazza Minerva. El Panteón fue llamado de esta forma porque era un templo dedicado a todos los dioses. Fue restaurado por Domiciano y se ha conservado casi intacto con el aspecto de la reconstrucción realizada por Adriano en 130 d. C. En 609, el templo fue donadopor el emperador Focas al Papa Bonifacio IV y fue transformado en una iglesia, lo que facilitó su óptima conservación hasta nuestros días.
Todo lo que se puede ver en la actualidad se remonta a la época romana, incluso la alta cúpula 43,4 metros y la enorme puerta de bronce. El pórtico está decorado con preciosos mármoles polícromos. Su fachada cuenta con 16 columnas monolíticas de granito de 14 metros de altura. El interior presenta una planta circular que se caracteriza por la majestuosidad de la cúpula de casetones. La única abertura se ubica en el centro de la cúpula y crea un efecto luminoso que realza la grandeza y la armonía del monumento. En las capillas interiores, además de numerosas obras de arte, se encuentran las tumbas de nobles italianos, como Baldassarre Peruzzi y Taddeo Zuccari y, sobre todo, el sepulcro de Rafael.

Casa de Augusto

Triunfos romanos

 
Se exponen relieves, bronces, monedas, esculturas y pinturas para comprender lo que significa el «triunfo romano», visualizando el concepto y explicando cómo se desarrollaban las ceremonias de las festividades.

Existen dos secciones: la primera está relacionada con la evolución del Triunfo desde la época etrusca a la helenística; la segunda incluye imágenes de ilustres vencedores y vencidos (entre los que figuran Emilio Paulo, César, Pompeyo y Octavio), además de reproducir escenas de batalla.

Visita a la Casa de Augusto en el Foro Romano
 
Recientemente inaugurada tras 20 años de restauración, la Casa de Octavio Augusto en el Foro Romano, donde vivió antes de convertirse en emperador, ha sido abierta al público finalmente.
 
Algunas decoraciones de las paredes y las bóvedas se encuentran intactas, mientras que otras se han vuelto a componer a partir de fragmentos con los colores rojo, azul y ocre típicos de los ambientes imperiales. Se pueden realizar visitas de grupos pequeños (5 personas como máximo) para evitar daños a los frescos delicados.